Estabas sin empleo.
Acudiste a la entrevista con todo tu nerviosismo y expectativas.
Y cuando finalmente llega el momento…
…se rieron de ti.
¿Y ahora, qué ocurre?
¿Tiene lógica que se hayan reído de ti?
No.
No debieron hacerlo.
Así de simple.
¿Por qué puede ser que se hayan reído de ti?
En este mundo laboral en que nos movemos, se dan varias circunstancias que llevan a que algunos procesos de selección sean, directamente hablando, vergonzosos.
Y hay muchas causas.
Justificar su existencia.
Una de ellas, por ejemplo, fue la aparición de los portales y Apps en los que las empresas ofertantes de empleo pueden anunciar la vacante directamente a los interesados sin tener que pasar por empresas de selección.
Antes también se podía, y existían publicaciones impresas en papel en las que había anuncios de empleo, pero han caído bastante en desuso por el auge online.
Esto ha hecho que las empresas de selección hayan visto cuestionada la necesidad de su existencia en el mundo laboral, lo que les ha empujado a querer diferenciarse de los algoritmos de las Apps, a querer demostrar que lo hacen mejor.
Y apareció la «innovación».
Como en todos los ámbitos, la innovación bien entendida es un mecanismo de progreso y mejora.
También lo es en el campo de los procesos de selección.
Pero, como en todos los ámbitos, la innovación entendida simplemente como una manera de destacar suele conducir a retrocesos de calidad importantes.
Así, vemos cómo hay empresas que organizan auténticos espectáculos circenses para simular situaciones en las que los entrevistados tengan que reaccionar de manera súbita, en general en campos que en nada tienen que ver con el desempeño del puesto de trabajo que se ofrece.
Por ejemplo (me lo invento) se ofrece una vacante de contable para una empresa y durante la entrevista se simula un incendio en el edificio para ver cómo reacciona el entrevistado.
Nada que ver con su puesto.
Apoyo de los trabajadores.
Lo que más me sorprende cuando veo ese tipo de publicaciones en las redes sociales (porque las empresas que hacen esos procesos de selección los graban en vídeo y alardean de ello oficialmente en las redes sociales) es el apoyo del resto de usuarios.
Al ver cómo ridiculizan a los entrevistados, uno pensaría que a las personas les provocaría rechazo esa situación, y sin embargo, muchas veces no es así.
Las publicaciones de estos procesos de selección se colman de «likes» de gente a la que le parece estupendo y súper-creativo que se trate así a quienes no tienen empleo.
La falta de empatía es muy preocupante.
Falsa seguridad y posición de superioridad.
Si la persona que te entrevistó no tuvo mejor idea que reírse de ti en la entrevista e intentar ridiculizarte, lo que ha hecho es intentar posicionarse en un escalón superior al tuyo.
La idea que tiene es que, como tú no tienes empleo y ella tiene la llave para que lo tengas, se encuentra en posición de privilegio.
Sin embargo, si bien muchas veces esa posición de privilegio es real, no implica que tengan que reírse de los candidatos al puesto de trabajo.
Si lo hacen es porque no sienten que tengan la capacidad de mantener una entrevista en igualdad de condiciones: se sienten inferiores y lo disimulan intentando ridiculizarte.
Cuando empiezan a hablar contigo y ven que tu cualificación supera su capacidad técnica, se asustan y hacen lo que sea para intentar evitar el ridículo.
Pero al reírse de ti, ya hacen el ridículo.
Piensa que esa persona también está en una posición laboral que puede ser delicada y ante el miedo a perder su trabajo puede comportarse mal (es una explicación, que no justificación).
La terminología como falsa herramienta de selección.
Muchas de las personas que se dedican a los procesos de selección, sean internas de la empresa o de empresas externas contratadas para ello, no tienen la cualificación necesaria para evaluar el campo en el cual está el puesto de trabajo ofertado.
La misma persona que hoy está seleccionando médicos mañana está seleccionando astronautas, y lo uno no tiene mucho que ver con lo otro.
Pueden estar seleccionando facility managers sin tener mucha idea de qué es el facility management, o chefs sin saber mucho lo que se ha de hacer en una cocina.
¿Qué hacen para intentar tapar esa falta de preparación?
En muchas ocasiones, se aprenden una serie de anglicismos que les permitan aparentar que saben de qué están hablando, cuando solo saben palabras sin entenderlas.
Pero pueden llegar a despistarte a ti, especialmente cuando las emplean de manera errónea y tú no sabes a qué se están refiriendo.
Términos habituales son, entre otros, «SCRUM», «Agile», «metodologías (rellene Ud el nombre que quiera aquí)», etc.
Y, en general, se van a centrar en si tienes un certificado de nivel de inglés, sea para el puesto que sea.
Si algo de todo este embrollo te hace poner cara rara, cuando hablen de «metodología bricking» para referirse a poner ladrillos en una pared, ahí ven la ocasión de reírse de ti y de decirte que estás fuera del mercado.
Los buenos profesionales no se ríen de los candidatos a un puesto de trabajo.
Si se han reído de ti en una entrevista de trabajo es que te has topado con un mal profesional.
Así de sencillo.
Si se trata de un buen profesional, puede descartarte o seleccionarte basándose en argumentos sólidos y defendibles.
En todas las profesiones hay buenos y malos profesionales.
En el campo de los recursos humanos, también.
¿Y qué pasa ahora, cómo continúas tu camino?
Como si nada.
Verás, cuando no te seleccionan para un puesto de trabajo, si topas con un buen profesional puede darte feedback realmente útil para que puedas ir aprendiendo y mejorando entrevista tras entrevista.
Muchas veces no se trata de cómo hacer la entrevista, sino de que te falte alguna característica o conocimiento que te haga ideal para ese puesto en concreto.
Si la persona que te ha entrevistado te lo sabe explicar, es un conocimiento útil para ti, y podrás mejorar.
A veces puede que haya varios candidatos idóneos y una sola vacante, puede que incluso hayan tenido que echarlo a suertes para elegir o fijarse en cualquier bobada diferencial porque varias personas son aptas para el puesto y tienen que elegir a una sola.
Pero si sales de una entrevista en la que se han reído de ti, simplemente olvídala.
No vas a crecer nada porque se hayan reído de ti, ni te va a servir de feedback para mejorar, simplemente olvídalo.
Quien ha hecho el ridículo no eres tú sino la persona que se ha reído de ti.
Así que no le des importancia, ni le des muchas vueltas en tu cabeza acerca de qué pudiste haber hecho mal, porque nada de lo que dijeras en la entrevista justifica que te tratasen así: es su falta, no la tuya.
Incluso si contaste un chiste, se habrían reído contigo, pero no de ti.
No le des más vueltas, y continúa hacia adelante.