Con el debate acerca del teletrabajo y el presencialismo en las oficinas se ha generado un discurso que ofrece muchas dudas acerca del uso que las personas que trabajan en la empresa harán de los espacios de trabajo.
El trabajo híbrido abre la puerta a interpretaciones que, en muchos casos, no tienen un argumento sólido detrás.
Vamos a analizarlo.
¿Serán las oficinas un lugar de reunión o de producción?
Está claro que el teletrabajo ha demostrado que existen muchas actividades de las que tradicionalmente se venían realizando desde una oficina que se pueden realizar desde otros muchos lugares, incluido el hogar.
Pero también ha quedado claro que en los lugares en los que no hay una cultura del trabajo compatible con el teletrabajo, ni las empresas ni los empleados(as) están por la labor de tomarse el trabajo remoto demasiado en serio, y simplemente lo han llevado a cabo (en circunstancias anómalas) mientras no han tenido otro remedio.
Pero tanto las empresas estaban deseando que los empleados(as) regresaran a la oficina, como los empleados(as) estaban también deseando volver a la oficina.
Cuando la cultura del trabajo no es compatible con el teletrabajo son muchos los factores que empujan hacia esta situación, y analizarlo sería demasiado extenso para este artículo, pero básicamente viene a significar que a las empresas de estos lugares les gusta tener a las personas a las que paga por trabajar a la vista, y por su parte, los empleados(as) no se fían de que sus jefes(as) no vean lo mucho que trabajan y se esfuerzan en su día a día y se olviden de ellos(as) para algún ascenso o lo que sea.
Esta es la base para que, ante las evidencias de las ventajas del teletrabajo pero también la desconfianza de teletrabajar, se ha establecido una mezcla entre ambos para que se vea que se ha evolucionado hacia el trabajo remoto… pero que se siga yendo a la oficina.
Es lo que se ha dado en llamar «trabajo híbrido» o «hybrid work».
Y el mensaje que va quedando en muchas empresas es (aunque sea implícitamente): puedes trabajar desde donde quieras, pero ven a la oficina.
Esto lleva a que se indique que el concepto de «oficina» ha de evolucionar, y en muchos casos lo que se está diciendo es que las oficinas van a ser principalmente lugares de reunión y socialización entre compañeros.
La imagen de la oficina sería, por tanto, algo diferente de esas praderas de mesas en open space con sillas de oficina y personas trabajando, sustituyéndose por una colección de espacios de socialización, más hacia la presencia de sofás, espacios de reunión o cafetería…
¿Crees que esto realmente va a ser así?
Si vas a la oficina a socializar, ¿dónde vas a trabajar, y cuándo?
Una de las grandes ventajas del teletrabajo es evitar los desplazamientos a la oficina, con todo lo que ello conlleva, tanto de energía como de tiempo.
Si la oficina se convierte en un lugar de socialización, los desplazamientos los vas a tener que hacer para ir y volver, y eso te llevará un tiempo.
Y es muy probable que tu trabajo consista en algo más que socializar, y que tengas que producir algo.
Si la oficina va a ser un lugar de socialización, y no de producción, eso implica que cuando vuelvas a tu casa desde la oficina, entonces empieza tu tiempo de producción.
Ahora piensa si no tendría más sentido que, ya que tienes que desplazarte hasta la oficina, puedas quedarte allí a trabajar…
El precio de la superficie de oficinas solo para socializar.
Veámoslo ahora desde el punto de vista de la empresa, y de los costes.
Tener una oficina cuesta dinero.
¿Es creíble que las empresas vayan a dedicar tu presupuesto a configurar espacios de socialización para sus empleados(as) en vez de dedicarlo a espacios de producción?
Desde luego, en una cultura de trabajo presencialista, no es creíble.
En el caso de empresas con cultura real de teletrabajo, sí puede ser creíble, pues las oficinas se dedican a usos que resultan más complicados con trabajo remoto, pero por contra no requieren tanta superficie porque los escritorios no están en la sede sino repartidos por los puntos desde los que teletrabajan sus empleados(as).
Pero el trabajo híbrido parece surgir de la desconfianza a los sistemas de teletrabajo, por lo que es fácil suponer que tanto empresas como empleados(as) prefieran que la producción se lleve a cabo a la vista de todos, y así la empresa está tranquila porque está viendo cómo sus empleados(as) están trabajando, y los empleados(as) están tranquilos(as) porque saben que la empresa está viendo lo mucho que se esfuerzan en sus labores.
En este entorno, se hace difícil pensar que las oficinas se vayan a dedicar a socializar, y que luego cada cual se vaya a su casa a producir.
Es difícil de creer.
El modo de trabajar presencialista es incompatible con el uso de la oficina principalmente para socializar.
Aunque tampoco vamos a analizar esto en profundidad en este artículo porque nos extenderíamos demasiado, baste mencionar que el modo de trabajar que rechaza el teletrabajo implica una serie de mecanismos que son diferentes a la gestión de equipos en remoto.
Básicamente, el método presencialista se basa en la presencia de las personas en la oficina, y por tanto es muy habitual que no haya una definición tan clara de objetivos y funciones como la hay en el caso del teletrabajo.
En un entorno presencialista, no es extraño que las personas que van a trabajar vayan recibiendo instrucciones acerca de lo próximo que tienen que hacer sobre la marcha, una vez que ya están en la oficina, y que sus actividades se vayan modificando en función de cómo vayan saliendo las cosas.
Si la oficina se usa solo para socializar y luego cada cual produce desde otra parte, eso implicaría que la empresa es capaz de definir funciones y objetivos de manera tan clara como si fuera para un equipo en remoto (porque realmente la producción sí es en remoto si la oficina solo vale para socializar).
En principio, no es probable que empresas que rechacen el teletrabajo se organicen en remoto y dejen la oficina para que los empleados(as) se reúnan.
La encuesta.
He publicado una encuesta en LinkedIn preguntando a quienes quisieran participar si les parece que van a ir a la oficina principalmente a socializar o a trabajar.
La encuesta ha estado activa durante una semana, y el resultado ha sido:
- Principalmente socializar: 14%
- Principalmente trabajar: 86%
El resultado ha sido bastante claro.
Incluso diría que podría interpretarse como más claro aún si analizamos que las personas que han dicho que creen que se irá a la oficina principalmente a socializar, pertenecen a actividades cuyo negocio está directamente relacionado con ello y su percepción se orienta más en este sentido.
Podríamos decir que del mismo modo que el trabajo híbrido se ha instaurado por desconfianza ante el teletrabajo, las personas desconfían del discurso de que a la oficina se vaya a ir principalmente a socializar.
¿Qué opinas tú?