
¿Qué ocurre con una fotografía que un personaje famoso sube a sus redes sociales?
Da igual que sea una foto haciendo algo que nada tenga que ver con su actividad o por aquello por lo que haya adquirido popularidad: esa foto tendrá una repercusión relativamente grande, con muchos comentarios, muchas personas la compartirán, la apoyarán (o criticarán), etc.
¿Ocurre esto en el mundo empresarial o profesional?
Sí.
Vamos a verlo.
Los fans de las figuras empresariales son similares a las de otros ámbitos.
Si piensas en el término «fan», rápidamente te vendrá a la mente un conjunto de imágenes de personas que reúnen unas ciertas características en común, y que se refieren a ámbitos más relacionados con el mundo del espectáculo (cantantes, actores, deportistas… famosos en todo caso).
Como decíamos antes, si un/a deportista famoso/a o un/a cantante popular sube a las redes sociales una foto suya, por ejemplo, cenando, verás que esa foto tiene mucha interacción (comentarios, redifusión, etc.).
Si un/a famoso/a aparece en una fotografía con un determinado atuendo y se identifica cuál es la marca, es habitual que ese modelo de chaqueta o de vestido (o de zapatos, o de…) incremente sus ventas debido a que habrá fans de esa persona que lo comprarán.
Tanto es así, y tanta la influencia que algunas personas han conseguido sobre sus seguidores, que se ha popularizado un término para referirse a ellos: influencer.
Rasgos que no son causa, sino anécdota.
Como te expliqué en el artículo acerca de distinguir la causa de la anécdota, lo más habitual es que este tipo de cuestiones acaben por, a través de los medios y de los fans, traspasar la barrera entre lo que realmente es relevante por o para la actividad de esa persona y lo que no.
Un ejemplo claro es que si te compras las mismas zapatillas deportivas que tu deportista favorito/a, no vas por ello a tener un desempeño tan bueno como el suyo en ese deporte.
Su rendimiento se deberá más a, por ejemplo, su entrenamiento, que al modelo de zapatillas que calce, pero es un hecho que si una marca puede decir que tal o cual deportista usa sus zapatillas, ese modelo se venderá más.
Pero la cosa no queda ahi.
Si, por ejemplo, un piloto de coches de carreras utiliza un bolígrafo, y eso se hace saber, es muy probable que ese modelo de bolígrafo también incremente sus ventas.
En el mundo profesional, laboral, de empresa… (no sé muy bien cómo llamarlo, porque también las personas del mundo del espectáculo y del deporte son profesionales. Me refiero al concepto clásico del mundo de la empresa, oficinas, etc.) todo esto también ocurre.
¿Qué tiene todo esto que ver con el fenómeno fan de los personajes de empresa?
Hace poco publiqué un artículo en este mismo blog en el que explicaba la importancia de relativizar tu red de contactos de LinkedIn.
En ese artículo hacía referencia implícita a este fenómeno que aquí desarrollo algo más.
En el mundo de Linkedin, que vive más al margen del mundo de otras redes sociales más centradas en la fama de personajes famosos, también se produce algo paralelo a esto.
Es curioso, pero acabas viendo cómo personas que rechazan comprar el bolígrafo que usa un deportista o un cantante simplemente por ese hecho, resulta que compra el bolígrafo que usa tal o cual CEO de tal o cual compañía, y le parece lógico.
Si lo analizas, que un deportista use un cierto modelo de bolígrafo no tiene mucho que ver con su rendimiento deportivo, y cuando estas personas dicen que no van a comprar ese bolígrafo porque lo use un deportista esgrimen un argumento que tiene base.
Pero, del mismo modo, ¿tiene alguna relevancia el modelo del bolígrafo para que una persona haya llegado a ser CEO de una empresa?
Pues tampoco, pero parece que si el modelo a imitar se encuadra dentro de lo que se considere «serio», el razonamiento es mejor: y no.
No solo las compras, también los mensajes aprovechan el fenómeno fan.
Si un deportista famoso dice que come, por decir algo, exactamente 19 minutos después de que suene su despertador, es muy probable que haya muchas personas, especialmente deportistas, que empiecen a prestar atención a cuántos minutos han pasado desde que sonó el despertador, para comer cuando sean 19.
Del mismo modo ocurre en el mundo de la empresa.
Si un CEO de una gran compañía dice que se levanta a las 4:00 a.m., ese mensaje se compartirá, retwiteará, etc., y habrá muchas personas que empiecen a levantarse a las 4:00 a.m., pensando que si ese CEO lo hace, y es CEO… estará bien hecho.
Quien dice CEO, dice millonario, o dice gurú, o cualquier estrella del mundo empresarial.
La banalización de los mensajes te afecta directamente a ti.
A mí me llegan consultas de personas que se desesperan porque publican cosas en LinkedIn que se han currado con esmero para que contengan valor para los lectores, y no tienen repercusión alguna.
Nadie los lee, y si los leen, no comentan, ni recomiendan ni comparten.
Y sin embargo, ven cómo otras personas publican mensajes con (tal vez) menos aporte de valor, pero inmediatamente viajan por la red difundiéndose apoyados en comentarios, recomendaciones, etc.
Las causas pueden ser muchas, desde que lo que tú consideras que aportas de valor realmente no lo sea, hasta cualquiera de otras muchas.
Pero una de las causas es este fenómeno fan.
A veces, parece incluso que estas estrellas de las que hablamos ponen a prueba este fenómeno, y publican cualquier tontería solo para ver cómo al momento se llenan de «likes» o similares, comentarios de apoyo, y cómo muchos lo comparten con sus redes para que el mensaje llegue a todas partes.
También has de saber que muchas de estas personas no se encargan de su imagen, sino que la tienen delegada.
Así, es muy probable que cuando lees algo de estas estrellas en LinkedIn no lo hayan escrito ellos/as, sino una agencia que se encargue de sus redes sociales, y esto a veces se nota mucho.
Citas de famosos exitosos fuera de contexto.
Si alguna vez te han hecho una entrevista, o has asistido a una, y luego a su resumen, verás que hay ocasiones en las que el entrevistador da relevancia a partes del mensaje general del entrevistado que tal vez no serían las mismas a las que se la darías tú.
También hay frases que dentro de un contexto tienen sentido, pero que si las dices en solitario pueden significar incluso lo contrario de lo que el emisor quiso decir cuando las dijo.
Esto en LinkedIn es algo del día a día.
Hay montones de imágenes con una frase suelta junto a la imagen de un personaje empresarial reconocible, como si esas pocas palabras concentrasen el sentido de la Vida.
Más allá de las razonables dudas acerca de la veracidad del hecho de que ese personaje dijera eso o no, sin tenerlas en su contexto no merecen (en general) mucha atención, porque puede que su mensaje fuera otro completamente distinto al que te están transmitiendo a ti.
Conclusión:
El fenómeno fan no es algo exclusivo del mundo del espectáculo, sino que también afecta al mundo de la empresa, y mucho.