No es la primera vez que hablo del estereotipo Millennial, especialmente en lo que concierne a su dimensión laboral, que es lo que nos ocupa aqui, principalmente.
Hoy lo voy a usar como ejemplo de cómo un estereotipo evoluciona según los intereses ajenos a ti, y que, por tanto, no deben ser tu principal fuente de preocupaciones, si bien es cierto que pueden afectarte, pues están enfocados a influir en la percepción que «los demás» tengan de ti.
Millennial como estereotipo.
Si bien, como ya hemos comentado en otros artículos, ya sea de este mismo blog, (Ver «Estereotipos laborales: millenials«), o en otros blogs (Ver «El Zodiaco en Workplace: Millennials y generaciones varias«), o el artículo en la revista FM&S, etc., se trata de una denominación inventada que se refiere a las personas cuya fecha de nacimiento está entre los 1980s y mediados de los 1990s (esto varía según autores), lo que nos ocupa hoy es su connotación, el estereotipo.
Al principio, «ni-ni».
Llegaron incluso a tener su propio «Reality Show» en la TV.
Esta denominación significaba, de manera abreviada «Ni estudia, ni trabaja», y se refería a toda una generación desencantada con el tiempo que le había tocado vivir, en el que ya habían comprobado que los estudios que en otras épocas garantizaban tener empleo habían dejado de garantizarlo.
Se trataba de jóvenes que no tenían trabajo, que se habían encontrado muy pronto con un mercado laboral muy afectado por una crisis económica, incluso en sus primeros avisos.
No estudiaban.
Lo que se transmitía a la Sociedad era que los jóvenes del momento eran algo así como parásitos, que no estudiaban, que no tenían preparación, y que eso también contribuía a que no encontraran empleo, porque se decía que no sabían hacer nada.
Esto está, por una parte, relacionado con lo que se clasifica oficialmente como «tener cultura» en cada época. Era común ver cómo alguien se acercaba a un «ni-ni», le preguntaba algo de geografía (los ríos de una vertiente, o las cordilleras…), y si no se lo sabía de memoria, quedaba demostrado ante el mundo que era alguien sin cultura, sin conocimientos, una generación que no servía para la Sociedad.
La relación estudios-trabajo había cambiado.
Los «ni-ni» habían vivido una transición en lo que significaba tener estudios.
Las generaciones anteriores vivieron el acceso a la Universidad, que era algo muy restringido antes de ellos, y tenían clara la visión de que unos estudios «superiores» eran una garantía de tener un buen empleo.
Era común una expresión popular cuando alguien se quejaba de su trabajo, se le decía «haber estudiado».
Sin embargo, cuando esos estudios «superiores» se convirtieron en algo extendido, no solamente dejaron de ser garantía de tener un buen empleo, sino que el mercado laboral empezó a valorar habilidades no tan directamente relacionadas con los estudios universitarios.
La generación de los «ni-ni» empezó a ver cómo algunos trabajos que no requerían haber pasado por la Universidad estaban mejor remunerados que otros que sí requerían haber pasado años de estudios universitarios.
Años de estudio para luego cobrar menos.
El razonamiento que hicieron fue el mismo que el de sus padres, relacionaron los estudios «superiores» con el mercado laboral: lo que había cambiado era el resultado de esa relación.
Esto era conocido, por ejemplo, en el ámbito de la Construcción, donde no era raro ver que, en una obra, las personas que realizaban los oficios (electricistas, fontaneros, carpinteros…) e incluso sus ayudantes (lo que podría considerarse como aprendices en otras épocas) llegaban a la obra en mejores coches que los arquitectos.
Los arquitectos habían tenido que pasar años en una Universidad para conseguir su título, y sin embargo era fácil ver en la obra personas dedicadas a los oficios, que eran mucho más jóvenes, que cobraban más dinero que ellos y que, además, eran profesionales sin problemas de desempleo.
Pero había que estudiar sí o sí.
Sin embargo, a muchos jóvenes de la generación «ni-ni» se les hizo estudiar «algo», para tener un diploma, porque las ofertas de empleo los solicitaban así, a granel. Era fácil ver cómo se solicitaba un título universitario (muchas veces sin especificar cual) para trabajos como echar gasolina en una estación de servicio, o ejemplos equivalentes.
El mercado laboral de los titulados universitarios, especialmente los recién titulados, no era como el del personal de oficios de una obra de construcción en esos momentos, sino que se extendieron los empleos sin remuneración, las «becas», y otros tipos de «contratos laborales» en los que el joven titulado trabajaba gratis o con una remuneración muy baja, a cambio de coger experiencia que aportar en su curriculum vitae.
Cambio del mercado laboral.
Sin embargo, cuando llegó el cambio del mercado laboral, así como la crisis económica (no son independientes entre sí, claro está).
Se paraliza el sector de la Construcción, y de manera bastante repentina, las personas que realizaban los oficios en las obras, se quedan sin trabajo, y sin ingresos.
A aquellos que no tenían título universitario se les vuelve a decir aquello de «si hubieras estudiado, no estarías así», sin reparar en que los que habían estudiado en la Universidad vivían también una situación laboral desalentadora, pero el estereotipo funcionaba en la mente de muchos, y ya está.
Imagen de parásito.
El Imaginario Colectivo está muy predispuesto a los estereotipos.
Con la aparición de la denominación «Ni-Ni», ya estaba todo listo.
Probablemente, la aparición en la TV del «Reality show» fue el punto culminante de esta tendencia.
Allí se mostraba a un grupo de jóvenes que no tenían cultura, que no tenían empleo, que no sabían cómo encender la placa de la cocina o una lavadora…
Probablemente no te haga falta que te diga que los «Reality shows» suelen exagerar su mensaje, para hacerse más populares.
Por tanto, la generación de personas nacidas en los 1980s y parte de los 1990s estaba definida como parásitos que no sabían hacer nada, no tenían cultura alguna y se mostraban como parásitos inútiles, que lo único en lo que gastaban su tiempo era en visitar las Redes Sociales.
Y entonces… Millennials.
Actualmente, a las personas nacidas en los 1980s y 1990s se los conoce como «Millennials», y se los muestra como personas súper-preparadas, guías del futuro y del presente del mundo.
Los gadgets electrónicos y las Redes Sociales.
Al principio, que los jóvenes pasaran su tiempo en las Redes Sociales era muy criticado, porque se entendía como una pérdida de tiempo y de energía.
Se decía que aquellos que tenían un smartphone lo usaban para jugar y para perder el tiempo en las RRSS, pues un teléfono debía servir para hablar mediante la voz, como se había hecho «desde siempre».
Los gadgets electrónicos (reproductores de mp3 y mp4, smartphones, incluso ya las tablets) eran percibidos como juguetes, y para muchos todavía lo siguen siendo hoy (Ver el artículo «El estereotipo de leer«).
El cambio del foco de atención.
Unos años antes, el foco de atención de los medios y de la Sociedad estaba en los jóvenes nacidos enlos 1980s y los 1990s que habían decidido que no querían estudios «superiores» porque el mercado laboral valoraba más otro tipo de habilidades, y que habían perdido su empleo por la crisis de sus sectores de empleabilidad.
Sin embargo, en algún momento el foco de atención cambió, y tanto los medios como la Sociedad se fijaron en los jóvenes nacidos en los 1980s y los 1990s que sí habían estudiado, aunque en un gran porcentaje tampoco tenían trabajo, pero sabían, sobre todo, de «tecnología».
La generación «Ni-Ni» se había convertido en la generación mejor preparada de la Historia: la «Generación Y», «Generación del Milenio», los «Millennials».
En los medios, en los supermercados y en los foros se pasó de decir que a nadie le extrañaba lo mal que iban las cosas para los jóvenes porque estaban muy mal preparados, a decir que era una lástima que la generación mejor preparada de la Historia no tuviera más oportunidades laborales…
El estereotipo de toda una generación fue evolucionando.
Se trata de cómo te ven.
Pondremos una situación típica.
En una reunión familiar, era frecuente que si te veían usando un móvil te dijeran «ya estás jugando o haciendo el tonto en (pon el nombre de la Red Social que quieras en este hueco)».
Con el cambio de estereotipo, si te ven usando un móvil es más probable que comenten «estos Millennials con el móvil son capaces de (arreglar el mundo, hacerse millonarios…)».
Si al principio tener un perfil en una Red Social te convertía en un vago, se pasó con el tiempo a decir que si tienes un perfil en una Red Social es que eres un genio tecnológico.
Es una cuestión de percepción externa.
Nativos digitales.
En el «Reality show» del que hablábamos antes, se mostraba cómo los nacidos en los 1980s y 1990s eran incapaces de saber cómo se encendía una placa vitrocerámica para cocinar (de hecho, se veía como los «ni-ni» buscaban botones o palancas para encenderla, y no entendían que era táctil).
Sin embargo, con el tiempo se pasó a hablar de que los nacidos en los 1980s (tal vez a mediados de la década) son «Nativos digitales», personas que siempre han convivido con la tecnología, y que ven algo normal en sus vidas la existencia de smartphones, que siempre han usado en email para comunicarse, que las Redes Sociales son parte integrante de su día a día y de su forma de relacionarse…
Junto al concepto de «Nativo Digital», se creó su contraparte, el «Inmigrante Digital», que da la vuelta al estereotipo del que estamos hablando.
El «inmigrante digital» es aquel que nació antes de mediados de los 1980s, y al que la evolución de la tecnología (de consumo) le pilló ya viviendo de otra manera.
Esto cambió el estereotipo porque implica que, a partir de ahora, el torpe no es el «ni-ni», sino el «inmigrante digital» que no ve necesario estar en todas las Redes Sociales, o que usaba el teléfono para llamar, por poner ejemplos.
El nuevo estereotipo Millennial.
Y como de invertar se trata, se pasa a decir que los nacidos en los 1980s y 1990s son «millennials», lo que implica que son genios de la tecnología, que hablan muchos idiomas, que son guías de su tiempo y del futuro…
Laboralmente hablando, se dice que cualquier empresa hará mucha concesiones para conseguir que los «millennials» trabajen con ellos.
Pasas a ver imágenes de un skater que dirige una empresa mediante su smartphone mientras monta en su monopatín, o imágenes de entrevistadores de Recursos Humanos ofreciendo condiciones inmejorables a los jóvenes «millennials» con tal de que entren a trabajar en su empresa…
No deja de ser un estereotipo.
Cuídate de creerte los estereotipos.
Es una pena que los nacidos en los 1980s y 1990s vean estos anuncios y muchos artículos publicados, se los crean, y vayan a las entrevistas de trabajo pensando que les van a dar lo que pidan como si fueran grandes estrellas… y se topen con la Realidad.
Es un chasco que haya empresas que se creen expectativas erróneas y luego culpen a quienes han contratado, simplemente porque les habían dicho que estaban contratando súper-hombres y súper-mujeres, cuando resulta que son simplemente hombres y mujeres, que no vuelan, no tienen visión de rayos X ni nada por el estilo.
No es culpa de los empleados, sino culpa de los empleadores que se crean expectativas exageradas simplemente por creerse los estereotipos.
Si crees que, por ejemplo, alguien es un experto en tecnología porque tiene un smartphone y perfiles en las Redes Sociales, puedes llevarte un chasco.
El estereotipo también minimiza los logros.
También lo hemos visto.
Una empresa contrata un «millennial», este «millennial» hace un trabajo estupendo… pero no se valora bien.
¿Por qué?
Por el exceso de expectativas.
Resulta que esta persona está realizando una labor muy buena, pero como a la empresa le habían dicho que, al ser «millennial», todo el mundo se caería de espaldas al ver cómo trabaja, la percepción es de que «tampoco es para tanto».
Y esto también es una pena ¿no crees?
No es el único estereotipo que ha cambiado con el tiempo.
Seguramente ya te habrán venido a la cabeza unos cuantos estereotipos que hayan cambiado con el tiempo.
Vamos a mencionar alguno, para que veas que la evolución de «Ni-ni» a «Millennial» no es un caso aislado.
- Piensa, por ejemplo, en cómo se percibía el hecho de fumar en la primera mitad del s.XX, y cómo ese glamour que tenía el cigarrillo pasó a ser sinónimo de enfermedades, de mal olor, etc. a finales del mismo siglo.
- Lo que se entendía como algo que daba elegancia, o que se identificaba con el hecho de ser adulto, pasó a entenderse como un mal hábito, perjudicial y molesto para todos.
- Piensa, por ejemplo, en cómo se percibía al bebedor de vino a mediados del s.XX. Era la percepción de un borracho, sin ningún tipo de clase o estilo.
- Sin embargo, años más tarde, pasó a recibir la imagen de sibarita, de bebida para los entendidos, incluso snob.
Son solo un par de ejemplos, seguro que a ti te vienen a la mente unos cuantos más, de manera rápida y sin tener que buscar mucho.
Y ves que la actividad en sí es la misma, lo que cambia es cómo es percibida por los demás.
Una cosa es el estereotipo, y otra la Realidad.
Te recomiendo que no te creas los estereotipos, porque muchas veces no tienen sentido.
Entre las personas que hayan nacido en los 1980s y 1990s, que son de las que mayormente hemos hablado en este artículo, habrá de todo: personas cultas, incultas, productivas, improductivas… lo que sea.
Y cada caso es diferente.
Por eso, si no eres «millennial», no mires a todos los nacidos en los 1980s y 1990s de la misma manera, no son todos iguales.
Y si eres «millennial», mírate a ti, y preocúpate por cómo eres, que como ves, ya se encargan los demás, por su cuenta, de colgarte etiquetas.
Suelo repetir un ejemplo que considero ilustrativo para estas cosas: Steve Jobs.
- Nació en 1955
- Está muy lejos de ser un «millennial»
- Fue precursor de iPod, que presentó a finales de 2001
- Steve Jobs tenía 46 años
- Fue precursos del iPhone, que presentó en enero de 2007
- Steve Jobs tenía casi 52 años
Como ves, si te pones a etiquetar, Steve Jobs era un «inmigrante digital», pues no nació a mediados de 1980s, y también está lejos, por fecha de nacimiento, de ser un «millennial».
Ahora piensa si no era un genio visionario de la tecnología.
Seguro que te vienen a la mente personas nacidas en 1955 que no son genios de la tecnología.
Será porque haber nacido en una determinada fecha no te define como persona, ¿no crees?
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