Por qué te ponen tan difícil cambiar de empleo a otro sector profesional.

Cuando acudes a una entrevista de trabajo, ves que cambiar de sector laboral no es tan fácil como te habían dicho.

Cuando acudes a una entrevista de trabajo, ves que cambiar de sector laboral no es tan fácil como te habían dicho.

Si llevas un cierto tiempo trabajando en un sector profesional y te planteas que quieres cambiar a otro, te vas a encontrar con una serie de dificultades que te será útil conocer.

Vamos a analizarlas.

 

El manual de los procesos de selección hace que tu primer empleo marque muchísimo tu carrera profesional.

Se habla muchas veces de responsable de procesos de selección como «reclutadores de manual», generalmente cuando se refiere a personas con poca experiencia en su trabajo cuyo recurso es aplicar literalmente el «manual» que han estudiado en la carrera, y que puede suponer un obstáculo para reconocer talento en los candidatos que se les presenten.

 

Estudiar las respuestas a las preguntas típicas de las entrevistas de trabajo.

Aunque no vamos a centrarnos en ese «manual» y su validez una vez ha transcurrido el tiempo, sí que es muy probable que hayas visto muchos artículos y contenido en la web, libros, revistas, etc., en los que se te insta a entrenarte para saber qué contestar a una serie de preguntas que se espera que te hagan en una entrevista de trabajo.

Más allá de que en cada lugar hay leyes que limitan el campo de preguntas que puedan realizarte en estas entrevistas, sí que hay un «manual» de qué es lo que hay que preguntar a un/a candidato/a a trabajar en una empresa…

…y lo que es peor: cuáles son las respuestas correctas.

Si bien al principio resultó novedoso ese conjunto de preguntas «de manual» (muchos candidatos se quedaban tan sorprendidos que no sabían qué decir), con el paso del tiempo el proceso se ha convertido en una especie de «juego» en el que los candidatos intentan llevar aprendidas las respuestas correctas a las preguntas que esperan que les hagan en las entrevistas, basándose en todo ese contenido que se publica en redes sociales y diversos medios de comunicación.

Por eso las preguntas «de manual» han acabado por carecer de interés, ya que las respuestas no son genuinas, sino que son respuestas aprendidas para decir lo que el entrevistador considera que debes decir.

 

La experiencia laboral te encasilla muy rápidamente.

Tanto es así que seguramente conocerás a alguien (o a muchas personas) a quien su primer empleo le marcó tanto que ya ha seguido en ese sector para siempre.

Esto es por el encasillamiento, que se produce muy rápidamente.

Vamos a pensar en alguien que termina sus estudios, o que simplemente llega al mundo laboral (tenga o no tenga estudios universitarios), y consigue su primer empleo, aunque no tenga mucho que ver con su formación académica.

Cuando quiera cambiar de trabajo, el factor fundamental que le van a requerir es la «experiencia laboral en puestos similares», por lo que sus opciones de conseguir otro empleo serán más altas si puede aportar esa experiencia labora, y tendrá que ser, por tanto, en un puesto similar.

Con el paso del tiempo, va acumulando experiencia en ese sector, de tal manera que se convierte en alguien valioso en el aspecto laboral, teniendo cada vez más opciones de conseguir empleos mejores dentro de ese sector (hasta llegar al momento en que los reclutadores empiezan a descartarle por la edad, pero incluso ese obstáculo se salva mejor si se aporta mucha «experiencia laboral en puestos similares»).

Por el contrario, si se plantea cambiar de sector, se encuentra con que no puede aportar esa experiencia, y se sitúa, otra vez, en la línea de salida, igual que cuando buscaba su primer empleo.

Esto implica, muy frecuentemente, que también va a encontrar condiciones laborales comúnmente asociadas a un primer empleo, por las que ya pasó en su momento, y que no le apetece repetir.

Por todo esto, se genera una situación circular por la cual aquel primer empleo puede marcar tanto una carrera laboral, hasta el punto de definirla por completo para siempre.

 

Los consejos contradictorios de Recursos Humanos acerca de la Zona de Confort.

En este mismo blog escribí un artículo acerca de los departamentos de RRHH y la zona de confort, que puedes leer si quieres.

En él hablo de la contradicción que te sueles encontrar entre las palabras y los hechos cuando los departamentos de HR tratan con la famosa «zona de confort».

Si lees blogs de empresas de selección o de Recursos Humanos, vas a encontrarte frecuentemente con que te animan a que vayas más allá, salgas de tu zona de confort y explores nuevos horizontes para desarrollarte más en diversos ámbitos.

A la vista de esos artículos, puede ser que te animes y decidas dar el paso a cambiar, a probar un sector fuera de tu comodidad proporcionada por la experiencia a través de los años.

Pero cuando llegas al proceso de selección y te entrevistan los departamentos de Talento o empresas externas de RRHH para algún puesto de trabajo que está fuera de tu zona de confort, resulta que no te vas a encontrar precisamente muchos ánimos.

Todo lo contrario: los mismos que en los artículos de RRSS te animan a explorar nuevos mundos laborales, cuando te reciben en un proceso de selección real (si llegas al punto en que te reciban, ya que la falta de «experiencia en puesto similar» puede ser suficiente para no considerarte desde el principio), no encuentran nada positivo que realmente des ese paso.

Te miran con recelo, y buscan el motivo real y oculto que no les estás contando para que hayas cambiado de sector.

En general, las empresas de RRHH (y seguramente muchos de tus conocidos) no reconocen la potestad que tienes para elegir tu futuro laboral, sino que lo consideran marcado por lo que las empresas decidan hacer contigo.

De este modo, si hasta el mes pasado trabajabas en una empresa y ya no trabajas allí, inmediatamente suponen que te han despedido, y no que te hayas marchado tú.

Incluso en alguna reunión con amigos habrá quienes no te crean, y piensen que les estás mintiendo, que tú dices que te has marchado pero la realidad será que te hayan despedido y no lo quieras reconocer, porque no entra en su esquema mental que una persona decida dejar una empresa.

 

El problema de confundir quién eres con el empleo que tienes.

Esto ocurre, y ocurre todos los días, en todos los ámbitos y hasta diferentes niveles de detalle.

Si has estado vendiendo neveras (por ejemplo), ya te han asignado la etiqueta de que tú eres vendedor de neveras.

Si optas después a un empleo como repartidor de periódicos, muchos te dirán «¿Y cómo es que quieres repartir periódicos, si tú eres vendedor de neveras?».

Esto se aplica desde los estudios que tengas hasta tu puesto de trabajo ( por ejemplo: «es médico pero trabaja de repartidor de periódicos», que se refiere a que estudiaste medicina (estudios) en contraposición a tu empleo).

Tanto es así que si montas en bicicleta por las mañanas y juegas al tenis por las tardes, habrá quienes se pongan nerviosos porque no saben si decir que «eres ciclista» o si «eres tenista», porque te definen por tu actividad, como si fuera tu esencia; y por consiguiente no entiendes que hace un/a tenista montando en bicicleta o qué hace un/a ciclista jugando al tenis.

Esto, que parece muy filosófico, es un problema tan básico que es el cimiento de todo esto que estamos hablando en este artículo, y es un problema muy real.

 

Conclusiones:

Existe una gran diferencia entre lo que te aconsejan que hagas, y cómo te van a conceptuar esas mismas personas si les haces caso y pones en práctica sus consejos acerca de salir de tu zona de confort laboral.

Dado que en los procesos de selección uno de los factores de más peso suele ser la experiencia anterior en puestos similares, el mundo laboral siempre te lo va poniendo más fácil si te mantienes dentro del mismo sector, aunque cambies de trabajo o de empresa.

Cuando decides cambiar de sector laboral, lo habitual es que los demás te miren con recelo, buscando motivos externos a ti para explicarse cómo es posible que hayas cambiado (le habrán despedido, algo habrá pasado que no nos cuenta…).

Por eso, muchas veces un primer trabajo marca toda una trayectoria profesional dentro del sector de ese primer empleo, porque ya aparece la «experiencia en puesto similar» que te va facilitando seguir por esa rama para siempre, y dificultando cambiar.

La base del problema es confundir la esencia de una persona con su empleo, y son cosas diferentes.

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