
¿Sabías que hay muchas personas que afirman que cuando te rascas la nariz significa que estás mintiendo?
¿Qué pasa si te pica la nariz en una entrevista de trabajo?
¿Te rascarías?
¿Te arriesgarías a que tu entrevistado/a piense que estás mintiendo?
Tómate con cautela las recetas que leas de lenguaje no verbal.
Lo vemos muy frecuentemente en medios y redes sociales.
Publicaciones que te explican cómo interpretar el lenguaje que no se dice con palabras, sino fundamentalmente con tus posturas o expresiones, corporales y faciales.
Efectivamente, existe este tipo de mensajes, y a veces es muy evidente.
Pero puede llegar un punto en que, si le das demasiada credibilidad, veas problemas donde no los hay.
Por eso te recomiendo que tomes con cautela esos mensajes de los artículos que dicen que puedes interpretar cualquier cosa con solo mirar: más que interpretar, es adivinar.
Esto se hace crítico en las entrevistas de trabajo.
El lenguaje no verbal aprendido no es espontáneo.
Todo el estudio del lenguaje no hablado se centra en la espontaneidad de las personas.
Se interpretan gestos que no están pensados, que no están estudiados, sino que ocurren sin más.
Pero la difusión de artículos explicando recetas de qué significa éste o aquel gesto ha provocado que este tipo de lenguaje también sea comúnmente aprendido, por lo que ya no es espontáneo, y como tal puede y debe interpretarse.
De hecho, es una manera más de comunicación en la que tú puedes elegir el mensaje que emites.
En la entrevista, hay dos partes: el/la candidato/a y el/la entrevistador/a.
Es posible que tú ya no le des demasiada importancia a esos tips que has leído en los artículos acerca de lenguaje no verbal, pero te preocupa qué opina de ello la persona que te entrevista (y que tiene la llave de tu posible empleo).
De ahí que te haga la pregunta del ejemplo, acerca de rascarse la nariz.
Hay muchos artículos que dicen que rascarse la nariz es un acto reflejo de cuando alguien está mintiendo.
Pero tú sabes que la nariz de puede picar por mil motivos que no estén relacionados con si mientes o no.
La situación se pone complicada si en mitad de una entrevista de trabajo te pica la nariz, no porque mientas, sino por cualquier otra causa, lo que sea.
Tú sabes que no estás mintiendo, pero te preguntas qué va a pensar tu entrevistador/a si te rascas la nariz: puede interpretar que estás mintiendo, lo dicen los artículos que ha leído.
Puedes controlar una parte de tus mensajes no verbales.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los responsables de procesos de selección de personal es que se ha ido estableciendo un «libreto» de lo que debe ocurrir en una entrevista exitosa.
Cada vez se difunden más artículos en los que se explica cuál es la respuesta «correcta» ante cada pregunta esperable en una entrevista, y ello ha conducido a que los entrevistadores ya no saben realmente si estás contestando personalmente o estás dándoles las respuestas que has aprendido en algún curso o en algún artículo.
Sin embargo, en la parte no verbal puedes valerte de algunos de los conocimientos de esos artículos para que tu interlocutor no malinterprete tu mensaje.
Por ejemplo:
Tal vez tú eres una persona que escucha con atención, pero que para concentrarte en escuchar apartas la mirada y la fijas en otra parte (en el suelo, por ejemplo).
En los artículos de los que hablamos, te dicen que mirar a la persona que te habla le da sensación de ser escuchada con atención.
Bueno, pues tal vez optes por mirar a tu entrevistador mientras te habla, porque no solo quieres escuchar (tú escuchas con atención aunque mires al suelo) sino que quieres que esa persona se sienta atendida.
Conclusión: utiliza la lógica.
Lo que piense la persona que te entrevista es un factor externo a ti, y es algo que no puedes controlar.
Puede que sea alguien que no crea demasiado en los tips de los artículos acerca del lenguaje corporal, o puede ser alguien que vaya repasando todos, uno por uno, en la entrevista (si cruzas los pies o los brazos, si te recuestas sobre el respaldo de la silla, si…).
¿Vas a intentar adecuarte a cada uno de ellos?
Si lo haces, puedes acabar gastando demasiada energía en ello, sin garantía de resultados.
Por tanto, lo que parece más recomendable es prestar atención a estas cosas dentro de una lógica.
Si hay algo que te parece que responde a tu realidad, le prestas atención, y al resto, pues no.
Tal vez te parezca interesante mirar a tu entrevistador mientras habla para que sienta que atiendes, y al mismo tiempo no tengas problemas en rascarte la nariz si te pica, sin preocuparte de si tu interlocutor piensa que mientes…
Tú eliges lo que encuentras lógico y lo que no.
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